Detalles.© D.B. – ADAGP Paris
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Fecha: Enero 2011
Lugar: Colegio de Arquitectos de Tenerife. S/C de Tenerife
Daniel Buren (Boulogne-Billancourt 1938) es el precursor de la concepción del trabajo artístico “in situ” especialmente concebido y producido para un lugar específico. Desde 1968 es fiel a este principio basado en unos fundamentos de enfrentamiento al sistema del arte: galerías, museos, ferias, bienales… Su obra solamente puede ser comprendida plenamente en el lugar para la que fue concebida. El paisaje tanto natural como urbano forma parte esencial de la obra.
La generación de artistas impresionistas incorporaron el “plein air” –pintura en el exterior- en sus obras como manifiesto en pos del protagonismo de la Naturaleza o del paisaje urbano. Los composiciones de escenas naturales o de la ciudad ya no eran realizadas por estos artistas desde su estudio sino eran realizadas “in situ” en el campo, en la calle o en bares y restaurantes. El protagonismo del entorno ya sea natural o urbano en los impresionistas es indudable. Daniel Buren 100 años después va mucho mas allá. El paisaje deja de ser el motivo de la obra y pasa a formar parte intrínseca de ésta, una herramienta de trabajo más del artista, con la que materializar su obra. El paisaje es su papel, el lienzo que dibujar o la piedra que esculpir.
El paisaje tanto natural como urbano, las rayas inspiradas en un motivo popular de la cultura francesa muy presente en el espacio público de este país y el color, son los fieles “colaboradores” de Daniel Buren, en una radical reflexión sobre los límites de la obra de arte y el contexto de existencia- presentación del arte.
Radicales son también los planteamientos que Daniel Buren plantea sobre el espacio y sus usos. Un ejemplo rompedor fue la exposición en 2002 “Le Musée qui n’existait pas / El Museo que no existía” en el Centro Pompidou de París en el que el artista “dinamitó” el uso convencional que se le concede al espacio del museo para re-descubrir un centro de infinitas posibilidades espaciales, en las que el artista puso en evidencia la rigidez museística de esta entidad, extensible a otras muchos museos y centros de arte.
La obra de Daniel Buren ha marcado la historia del arte de los últimos 50 años al incorporar el paisaje como elemento inherente a su obra influyendo de este modo de una manera decisiva en las generaciones venideras de artistas y en la presencia del arte en el espacio público.
Es esta aproximación al paisaje y al espacio una de las herramientas utilizadas por el artista para defender de forma radical y continua una creación artística mas libre de convencionalismos, barreras espaciales y sociales.
Pia Ogea
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